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Un consejo a  Gilbert  Gómez, mánager del Licey

Rafael Emigdio Caamaño Castillo// 
Historiador y escritor//

Aunque no tengo el honor de conocerlo personalmente, procede de una familia con quien me une lazos de amistad y familiaridad. Su abuelo paterno Héctor Aquiles Gómez Sierra fue un destacado munícipe de Comendador qué además de laborar en diferentes organismos del Estado, incursionó en varias disciplinas deportivas en la que puso de manifiesto su destreza. Excelente voleibolista y brillante puchero y tercera base en el béisbol.

Su padre, Héctor Gómez Cedano fue grandioso pícher en sus días de jugador de béisbol en el equipo de esa disciplina representativo del municipio de Bánica. A él había que batearles por qué no concedía bases por bolas y era una especie de Danilo Rivas al que apodaban el guapito del Cibao por ser un pícher ganador.

Sus hermanos son deportistas por igual, los llevan en la sangre. De forma que el Manager Gilbert Gómez hereda la sapiencia y astucia beisbolistica. Pero cómo dice el refrán oír un consejo no está demás.

A mi forma de apreciar, el poco rendimiento en el bateo del equipo Licey, con algunas excepciones tiene sus orígenes en varios aspectos a saber:
1. Desesperación al entrar a la caja de bateo. Le tiran a todo y no permiten qué un pícher en descontrol conceda base por bolas o les lance la que puede batear por terrenos de nadie con facilidad.
2. Obsesión jonronera, razón por la cual batean tanto flay, en vez de conectar líneas o rolling que se pueden convertir en bases alcanzadas.
3. Si uno observa los juegos de los demás equipos que participan en la Serie del Caribe.
Todos, con excepción del Licey representativo dominicana, tocan la bola para envasarse o adelantar corredores. Es penoso ver cómo Sergio Alcántara no sabe tocar o un Bonifacio en ocasiones de rachas negativas, con su destreza y velocidad no recurre a toque de bola.

Finalmente, algunos bateadores como Hernández el que proviene de Las Águilas batean distantes de home play y el jovencito Rodríguez abanicando bolas altas inalcanzables qué obligan a preguntarnos, dónde y para qué el Coach de bateo.