Foto: capturada de un vídeo.

Bad Bunny, la prensa y la doble moral

 

 

El artista es una persona que se debe al público y por tanto está expuesto a los deseos de los fans o seguidores, por tal razón su comportamiento debe estará bajo la lupa de todos.

El trappero Benito Antonio Martínez Ocasio, conocido en el mundo artístico como Bad Bunny se estuvo  envuelto en un altercado con una joven que intentó tomarse una foto o hacerse una selfi con el exponente del género urbano.

Esto sucedió cuando el trappero vacacionaba en Casa de Campo, la Romana.

Inmediatamente la prensa se hizo eco del altercado a través de las redes, la información corrió como pólvora por todos los medios nacionales e internacionales, con opiniones diversas de artistas y figuras tales como Justin Bieber, Farruko, entre otros que usaron sus cuentas para emitir su opinión.

El polémico tema también fue tratado por profesionales de la conducta, quienes advirtieron las consecuencias que pueden llevar comportamientos similares al del artista puertorriqueño.

Analizando el conflicto generado por el artista del género urbano, observamos una doble moral una gran cantidad de periodistas de farándula, pues por un lado adulan y por otro castigan. No soy seguidor de Bad Bunny ni de su música, pero como comunicador estamos enterado de los éxitos cosechados, fruto de sus canciones, tanto nacional como a nivel internacional.

Pero no solo la prensa arremete de manera desconsiderada contra el artista, sino que colegas de diferentes países también usaron las redes sociales para pronunciarse en contra de Bad Bunny,

Condenamos la acción del artista urbano, porque no fue la más adecuada, pero no compartimos la acción de la joven afectada, porque debió respetar la privacidad, en el video que circula en la redes se escucha a Bad Bunny decir que hay que respetar el espacio.

Por muchos años hemos visto a artistas, políticos y deportistas envueltos en polémicas generadas por la acción del fanático, recayendo toda la culpa sobre la figura del medio, sin antes observar detenidamente la acción de la otra parte involucrada.

En definitiva ambas partes deben poner su granito de arena para evitar este tipo de conflicto innecesario, ya que no favorece ni al artista ni al fan, porque afectaría el enlace directo que hay entre ambos, ya que uno es el complemento del otro.