Persistente silencio en el Minerd tras cambio de ministro
Santo Domingo.- Desde que el presidente Luis Abinader designara a Luis Miguel De Camps como nuevo ministro de Educación el pasado 2 de febrero, mediante el decreto 48-25, la cartera educativa ha mantenido un bajo perfil institucional que ha comenzado a generar inquietud en la sociedad.
De Camps, quien fue juramentado el 26 de febrero, llegó al Ministerio de Educación (Minerd) tras desempeñarse como ministro de Trabajo desde agosto de 2020.
A pesar de las expectativas generadas por su nombramiento, las acciones de la entidad desde entonces han sido escasas y poco transparentes.
A casi tres meses de su designación, no se han producido encuentros públicos del ministro con sectores educativos ni ruedas de prensa.
Las pocas actividades realizadas por la institución han sido cerradas, sin convocatoria mediática ni publicaciones de seguimiento, lo que ha levantado dudas sobre la ejecución de la agenda institucional.
Cabe destacar que para principios de abril se esperaba la puesta en marcha de nuevos programas y el seguimiento de iniciativas educativas claves, sin embargo, ya casi al cierre del mes, el Minerd no ha emitido pronunciamientos oficiales ni informes de avance.
Temas prioritarios como el calendario escolar, la calidad docente, la ejecución del presupuesto educativo y el seguimiento a compromisos curriculares han sido relegados del debate público.
Esto contrasta con la urgencia que tradicionalmente ha acompañado la gestión educativa, especialmente en momentos postpandemia y de recuperación de aprendizajes.
El silencio institucional ha sido notorio incluso en plataformas oficiales y redes sociales del Ministerio, donde se ha reducido notablemente la frecuencia de publicaciones. Esto ha generado cuestionamientos entre docentes, estudiantes, expertos en educación y organizaciones de la sociedad civil, que exigen mayor claridad sobre los planes del nuevo titular.
En medio de este panorama, la comunidad educativa espera que el Minerd reactive su agenda pública, retome el diálogo con los actores del sistema y garantice que la educación vuelva a ocupar un lugar prioritario en la gestión del Gobierno dominicano.